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WASHINGTON.- El secretario del Tesoro, Jacob Lew, advirtió el lunes que habrá graves consecuencias si el Senado no aprueba un paquete de rescate para Puerto Rico antes de finalizar la semana.

El territorio estadounidense debe pagar 2.000 millones de dólares a sus acreedores antes del 1 de julio. El Cámara de Representantes ya aprobó un proyecto que crea una junta de control y reestructura parte de la deuda de 70.000 millones de dólares.

Lew dijo en una carta que la crisis en Puerto Rico “se agravará a un nuevo nivel” si el Congreso no toma medidas en los próximos cuatro días. En caso de un default el 1 de julio, añadió, el gobierno isleño podría verse obligado a despedir agentes de policía, detener el transporte público o cerrar un hospital.

“Aunque no conocemos todas las ramificaciones si el Congreso no toma medidas antes de fin de mes, sabemos con certeza que los perjudicados serán los 3,5 millones de ciudadanos estadounidenses que viven en Puerto Rico”, dijo Lew.

El líder del bloque mayoritario en el Senado, el republicano Mitch McConnell, ha dicho que el Senado estudiará el proyecto esta semana, pero que necesita apoyo bipartidista para superar los 60 votos necesarios para la aprobación. La cámara baja vuelve de un receso el 5 de julio, de manera que el Senado tendrá que aprobar el proyecto sin cambios para poder enviarlo a la firma del presidente antes del plazo del viernes.

La semana pasada, el líder demócrata Harry Reid dijo que su bloque tiene algunas objeciones graves a pesar de que el presidente Barack Obama apoya el proyecto.

Reid dijo que los demócratas tal vez querrían eliminar una cláusula que permite al gobierno puertorriqueño rebajar temporariamente el salario mínimo de algunos trabajadores jóvenes.

“Como mínimo, esto requiere algunas enmiendas”, dijo Reid.

Por su parte, algunos republicanos han expresado el temor de que el paquete sirva de precedente para los estados con dificultades financieras.

La cámara baja aprobó el proyecto por abrumadora mayoría el 9 de junio con el apoyo del su presidente, el republicano Paul Ryan, y el de la titular del bloque demócrata Nancy Pelosi.

Como todos los estados y territorios, Puerto Rico no puede declararse en bancarrota bajo la ley federal. El proyecto en consideración permitiría a una junta de control supervisar las negociaciones con acreedores y cortes sobre la reducción de la deuda, pero no prevé fondos de los contribuyentes para esa reducción. Los acreedores han cabildeado enérgicamente para que la junta proteja sus intereses.