Un hombre de Anaheim que estranguló a una activista transgénero hasta matarla, durante un encuentro sexual en el 2014, fue sentenciado el viernes, 24 de junio, a un mínimo de 15 años en una prisión estatal.
Durante su audiencia de sentencia, Randy Lee Parkerson, se disculpó con la familia de Zoraida Reyes a quien asesinó y cuyo cuerpo dejó abandonado en la orilla de un lote baldío junto a un local de Anaheim Dairy Queen.
“Siento en verdad lo que le hice a su hija”, dijo Parkerson leyendo de una carta que escribió a la madre de Reyes. “Nunca tuve la intención de que algo como esto sucediera.… Quisiera poder cambiar de lugar con ella, para que ella pudiera estar con ustedes”.
Parkerson, de 40 años, dijo que la muerte de Reyes, de 28 años, no fue a causa de “quien ella era”. Él reconoció que “no espera ni merece” el perdón de la familia Reyes.
Jisell Neel, una amiga que conoció a Reyes por primera vez en un grupo de apoyo transgénero, le dijo a un reportero que ella era “una persona gentil y pacífica que iluminaba cualquier habitación en la que se encontraba”.
En corte, dirigiéndose a Parkerson durante la audiencia del viernes, Neel dijo: “le arrebataste a una madre a su primogénita, a una hermana a su modelo, y a sus amigos a una líder comunitaria. Espero que encuentres paz, que puedas aceptar tu responsabilidad, y que puedas convertirte en una voz para todos aquellos a los que has lastimado”.
Parkerson, en medio de una ola de metanfetaminas y sexo, conoció a Reyes por Internet, acordó reunirse con ella en su pueblo natal de Santa Ana, donde accedió a pagar por sexo. Durante ese período de tiempo, él tuvo sexo con hombres y mujeres transgénero, en sus viviendas, en habitaciones de moteles y en su vehículo, según su abogado.
Parkerson les dijo a las autoridades que cuando su encuentro sexual se intensificó, Reyes le pidió que practicara la asfixia autoerótica, una forma de estrangulación intencional.
Después de darse cuenta que Reyes había muerto, Parkerson admitió haber puesto su cuerpo en el baúl de su vehículo por dos días mientras trataba de hallar un lugar para dejarlo.
En el lote, la dejó parcialmente desnuda, con su cuerpo casi cubierto por los arbustos.
El abogado de Parkerson alegó que la muerte de Reyes había sido el resultado de un trágico accidente. Pero el jurado no estuvo de acuerdo, y halló culpable a Parkerson de asesinato en segundo grado.
En los últimos años de su vida, Reyes se había convertido en una fuerte voz que abogaba por los derechos de las personas transgénero y los inmigrantes indocumentados.
Sus amigos la recuerdan como una persona que lograba lo que se proponía y que soñaba con convertirse en una educadora de salud pública.
