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  • El terapeuta mexicano Alfredo Huerta espera a los pacientes durante...

    El terapeuta mexicano Alfredo Huerta espera a los pacientes durante la feria anual de salud en la Preparatoria Desert Mirage en Thermal en el Valle de Coachella, al este del Condado de Riverside.

  • Joe Muñoz, 19, sufre de ansiedad. Después de haber batallado...

    Joe Muñoz, 19, sufre de ansiedad. Después de haber batallado con otros problemas mentales que surgieron en la adolescencia, ahora se dedica a ayudar a otros jóvenes con problemas mentales a traves de la organización "Youth Advocates United to Succeed' o Y.A.U.T.S.

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    Joe Muñoz y su padres, Jose y Sara, en su hogar el 26 de agosto de 2016. Sara batalló mucho para que la escuela de Joe ayudará a combatir el acoso escolar. Al final, logró que Joe tuviera la ayuda que ocupaba para salir de su crisis.

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Al principio, le dio miedo, confiesa Joe Muñoz, de 19 años, al hablar de su experiencia al ser ingresado en un hospital psiquiátrico. “Te sientes que no perteneces allí. Ves a otras personas que están peores que tú, como drogadictos y locos”.

Habiendo nacido con una parálisis facial parcial y una deformidad del oído externo, Muñoz llegó a ser acosado por sus compañeros de la preparatoria por ser ‘diferente’. Le robaban sus audífonos y se burlaban de él. También le atacaban por las redes sociales. Los efectos sicológicos llegaron hasta tal punto, que un día se puso un cuchillo al cuello delante de su madre y amenazó con quitarse la vida.

Esa decisión resultó en una llamada de emergencia a la policía. Llegó un agente y le llevó al hospital psiquiátrico del Condado de Riverside, conocido por sus iniciales ETS.

Los expertos indican que los jóvenes latinos, como Muñoz, se enfrentan a diversos factores de estrés que pueden aumentar el riesgo de padecer de enfermedades mentales. El estrés se manifiesta a través de trastornos como la depresión y la ansiedad que eventualmente los pueden encaminar al abuso de sustancias o incluso al suicidio.

Lo peor de todo, es que muchos no buscan tratamiento por el estigma de que los tilden como ‘locos’ o por la falta de información sobre la importancia del cuidado de la salud mental. Otros no tienen acceso a los servicios necesarios para atender sus necesidades de salud mental adecuadamente.

“Entre los muchos obstáculos a que se enfrenta la comunidad latina, el estigma es el primero, seguido por la desconfianza en el gobierno y, tercero, por la religión”, comenta Alfredo Huerta, un inmigrante mexicano con 18 años de experiencia ejerciendo como un terapeuta clínico del Departamento de Salud Mental en el Condado de Riverside.

Aunque Huerta cree que hay resistencia para pedir ayuda, piensa que cuando la familia latina empieza el tratamiento, el estigma se reduce.

El terapeuta mexicano no es el único que piensa así. También está de acuerdo la madre del Muñoz, Sara, quien opina que entre la cultura latina, la tendencia es el guardarse todo para dentro.

“En nuestra cultura, la aceptación es lo más difícil. Yo lo experimentaba cuando iba con mi hijo a la clinica y hablaba con otros padres que todavía no aceptaban que su hijo o hija tuviera un problema de salud mental, aunque digamos, por ejemplo, que se estaba cortando. Sabíamos que todos estábamos allí por la misma razón. Por eso me pregunto: ¿qué nos ganamos al quedarnos callados?”

El problema es grande

Las cifras hablan por sí mismas. Aproximadamente tres de cada cuatro latinos de origen mexicano (73%) que sufren de algún trastorno mental y que necesitan servicios, no reciben tratamiento. El problema es aún mayor (85%) entre los inmigrantes mexicanos, revela un informe reciente sobre las disparidades en salud mental entre las comunidades latinas de la Universidad de California, Davis.

A juicio de Verónica Kelley, terapeuta y subdirectora del Departamento de Salud Mental del Condado de San Bernardino, son pocos los que piden ayuda debido al estigma y al miedo.

“Los adolescentes, en particular, son muy vulnerables a las enfermedades mentales, ya que están viendo otras maneras de comportamiento fuera de la familia que no son iguales a las que les han enseñado en casa, como el respeto a la autoridad. Esto les puede causar mucho estrés y tensión”, señaló.

Otro punto que agranda el problema es que hay una escasez de profesionales capacitados.

Kelley afirma que se están haciendo esfuerzos para ofrecer mejores servicios a la comunidad hispanohablante; sin embargo, todavía no logran tener suficientes terapeutas que sean bilingües y biculturales.

La paradoja del inmigrante

En el caso de los inmigrantes, Huerta no se extraña que éstos se sientan afligidos por conflictos psicológicos por el hecho de dejar su país y porque las experiencias vividas al venir aquí pueden ser traumáticas.

Según el estudio de la UC Davis, los inmigrantes mexicanos recién llegados tienen mejor salud mental que las personas de la misma edad nacidas en los Estados Unidos, lo que se llama “la paradoja del inmigrante”.

Por lo tanto, a medida que llegan a quedarse en este país, suelen aumentar las posibilidades de desarrollar trastornos mentales. Los mexicanos que que han vivido mas de 13 años en el pais, por ejemplo, son más propensos que los que han vivido menos de tiempo en los Estados Unidos. 

Este deterioro se debe a los cambios de estilo de vida, mayor estrés y la adaptación a las normas sociales. Cuando deciden buscar ayuda, casi siempre se enfrentan a tratamientos generales que no toman en cuenta necesidades relacionadas con su idioma o su cultura. Además, los síntomas de trastornos mentales que no se tratan empeoran con el tiempo, deteriorando eventualmente las relaciones, el trabajo y la vida cotidiana.

Aunque se dice que no haya cura para estas enfermedades, sí hay tratamientos efectivos. Huerta recomienda la psicoterapia—enseñanza e intervenciones psicosociales—, los fármacos y los grupos de apoyo.

Cuándo acudir a un profesional

El terapeuta mexicano aconseja que si la persona tiene un conflicto que no se resuelva fácilmente o un problema que no parezca tener solución, podría ser hora de hacer una cita con algún profesional de salud mental. 

Sugiere que primero que se consulte con alguien con quien se tiene confianza.

“El hablar con otra persona es un buen primer paso. Si es una persona creyente y asiste a una iglesia podría hablar con su pastor o sacerdote. También cualquier persona puede ir con su médico de atención primaria para averiguar si el problema es físico o no”.

Si el médico no encuentra nada, puede que le recomiende ir a un profesional de salud mental, agrega Huerta. 

Otros síntomas indicativos incluyen el tener dificultad en conciliar el sueño, la falta o el exceso de apetito, los cambios de ánimo, los pensamientos negativos, e incluso, la dejadez en el aspecto personal.

En el caso de Joe, un terapeuta latino de un programa de la organización no lucrativa, llamada Víctor, que vino a verle a la casa y a la escuela, fue una de las claves que le ayudó a reponerse.

“El consejero me conectó con los recursos que necesitaba, hablaba conmigo y con mi familia y eso nos ayudó a comunicarnos mejor”, esboza Joe.

Ahora Muñoz se queda admirado de que pudo terminar la preparatoria el junio pasado. Tuvo la fortuna de poder contar con apoyo del terapeuta, condado, distrito escolar, escuela y su familia. Recientemente ha sido uno de los fundadores de la organización Y.A.U.T.S., que aboga por jóvenes como él, que están batallando con desafíos en sus vidas que pueden perjudicarles la salud mental.

“A veces la vida nos arroja al mar y nos sentimos que las olas nos están empujando más y más lejos de la tierra. Nuestro propósito es el ser como un salvavidas para rescatar a esas personas que se sienten solas y abandonadas”, apunta.

Muñoz ha empezado sus clases en el Colegio Comunitario de Riverside (RCC) donde quiere estudiar la psicología y mejorar su español, el idioma natal de sus padres inmigrantes. Le encanta hablar en público y, un dia, quisiera conocer al presidente del país para poder contarle su historia en persona.

“Yo mismo me di otra oportunidad”, dijo. “He convertido lo negativo en algo positivo”.

Para más información sobre Y.A.U.T.S. pueden contactar a la oficina de SELPA, 2935 Indian Avenue, en Perris, llamando al (951) 319-7403 o visitando al sitio web www.yauts.org.

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Esta es la primera parte de un reportaje especial sobre el “Estigma y la Enfermedad Mental en la Comunidad Latina” del Center for Health Journalism en la Escuela de Comunicación y Periodismo Annenberg de la Universidad del Sur de California, Los Ángeles.

En la segunda parte, se darán opiniones acerca de los servicios que se ofrecen a los latinos de la comunidad LGBTQ para tratar a las enfermedades mentales.

Contact the writer: Comuníquese con la reportera: anaso@scng.com