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Jeanette Vizguerra abandona su “santuario” para luchar por los indocumentados

Jeanette Vizguerra.
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Denver.- La indocumentada Jeanette Vizguerra, considerada por “Time” una de las 100 personas más influyentes del mundo, abandonó el templo donde estaba refugiada después de que las autoridades migratorias aplazaran su proceso de deportación, al igual que han hecho con Arturo Hernández García.

Gracias a la decisión del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE), Vizguerra salió de la iglesia en la que se había refugiado hace tres meses y acompañada de su familia dio una rueda de prensa junto con Hernández García.

Visiblemente emocionada, la mexicana se mostró feliz de poder celebrar el Día de las Madres, el próximo domingo, con sus hijos y nietos, afirmó que han sido “tres meses muy difíciles” y calificó de “milagro” la decisión de las autoridades migratorias.

Aseguró que ha peleado y seguirá haciéndolo por sus hijos y por los padres y madres que están en su misma situación: “No importa de qué raza, color o país, somos una comunidad y su dolor es mi dolor y mi lucha continuará”.

Ese mismo objetivo es el que tiene el también mexicano Hernández García, que dijo que después de hoy, un “día de celebración”, mañana volverán a trabajar para “apoyar” a los indocumentados que les necesitan.

“La lucha continúa y unidos lo podemos lograr”, dijo Hernández, que se mostró “muy feliz” de poder acudir el próximo lunes a la graduación de su hija.

Tras la decisión, Hernández podrá además continuar con sus trámites para regularizar su situación y Vizguerra intentará permanecer en Estados Unidos gracias a una visa U, reservada para víctimas o testigos de ciertos crímenes.

En el caso de Vizguerra, la extensión de su permanencia en Estados Unidos se fijó hasta el 15 de marzo de 2019. Hernández también podrá quedarse aproximadamente dos años más, sin que se haya difundido una fecha exacta.

Las deportaciones se postergaron debido a que en ambos casos existen “proyectos de ley privados” (referentes a personas específicas) en el Congreso federal a favor de Hernández y Vizguerra.

La semana pasada, la administración del presidente Donald Trump anunció que, contrariamente a lo que hasta ahora sucedía, esos proyectos de ley por parte de senadores o congresistas que buscan beneficiar a alguno de sus constituyentes ya no serán razón suficiente para postergar deportaciones.

Según la información provista por Jennifer Piper, del American Friends Service Committee (AFSC) y portavoz del Movimiento Santuario en Denver, Hernández y Vizguerra pueden ser unas de las últimas personas que se beneficien de los proyectos de ley privados.

El senador Michael Bennet y el congresista Jared Polis, ambos demócratas, habían iniciado gestiones por medio de sendos proyectos de ley para lograr que se les concediese tanto a Vizguerra como a Hernández la posibilidad de permanecer en Estados Unidos.

Vizguerra aseguró que luchará por aquellos que no se podrán beneficiar de estas políticas y por una reforma migratoria, pues “ya es tiempo” de que el Congreso trabaje junto con la Casa Blanca para aprobar una legislación integral en esta materia, tal y como ha asegurado Trump.

Mientras tanto pidió al alcalde de Denver, Michael Hancock, y al gobernador de Colorado, John Hickenlooper, que declaren a estas zonas como “santuario” para los indocumentados, pues tienen la obligación de “proteger a todos sus ciudadanos, sin tener en cuenta su estatus” migratorio.

La indocumentada dijo que, aunque su proceso no se haya cerrado de manera definitiva, dedicará los próximos dos años a luchar por Ingrid Encalada Latorre, quien pidió protección en otra iglesia local en diciembre pasado, y por las demás personas en “santuario” en iglesias.

“Todos nos merecemos una oportunidad e Ingrid necesita otra oportunidad, al igual que millones de personas que están en nuestra misma situación”, dijo Hernández García.

El mexicano llegó a Estados Unidos en 1999 y decidió quedarse tras el vencimiento de su visa de ingreso. Para evitar su deportación, estuvo en santuario entre octubre de 2014 y junio de 2015 en una iglesia de Denver.

El pasado 26 de abril fue detenido en su lugar de trabajo por agentes de ICE, a pesar de que una carta de esa oficina de 2015 indicaba que su caso era “de baja prioridad”. Finalmente quedó en libertad el pasado 3 de mayo.

Por su parte, Vizguerra comenzó sus gestiones para evitar la deportación en 2009, cuando, tras una infracción de tránsito, las autoridades locales comprobaron que había usado documentos impropios para obtener trabajo.