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 Esta fotografía para archivo difundida el miércoles 21 de septiembre de 2016 por la Oficina del Jefe Policial del condado Calaveras muestra a Medarda Urbieta en Calaveras, California. Urbieta es una de dos mujeres arrestadas bajo cargos de mantener cautivos a varios hombres en una plantación ilegal de marihuana en el norte de California y de obligarlos a trabajar allí varios meses. Jim Macedo, capitán de la oficina policial del condado, dijo el miércoles que los hombres huyeron del campamento rural en julio tras escuchar que serían asesinados después de la cosecha. (Oficina del Jefe Policial del condado Calaveras vía AP)
Esta fotografía para archivo difundida el miércoles 21 de septiembre de 2016 por la Oficina del Jefe Policial del condado Calaveras muestra a Medarda Urbieta en Calaveras, California. Urbieta es una de dos mujeres arrestadas bajo cargos de mantener cautivos a varios hombres en una plantación ilegal de marihuana en el norte de California y de obligarlos a trabajar allí varios meses. Jim Macedo, capitán de la oficina policial del condado, dijo el miércoles que los hombres huyeron del campamento rural en julio tras escuchar que serían asesinados después de la cosecha. (Oficina del Jefe Policial del condado Calaveras vía AP)
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Dos mujeres han sido arrestadas bajo cargos de mantener cautivos a cuatro hermanos en una plantación ilegal de marihuana en el norte de California y obligarlos a trabajar allí seis meses, indicó recientemente la policía.

Los hombres escaparon en julio del aislado campamento rural tras escuchar que serían asesinados después de la cosecha, dijo el capitán Jim Macedo de la Oficina del Jefe Policial del condado Calaveras.

Las autoridades del pequeño y empobrecido condado buscan a otros dos hombres, incluido el sobrino de los hermanos, en una región que ha experimentado una drástica transformación por el cultivo de marihuana.

La junta de supervisores, de tradición conservadora, legalizó el 10 de mayo que los agricultores cultiven cantidades comerciales de marihuana medicinal. La legislación se vio como una forma de ayudar al condado a recuperarse de un devastador incendio forestal que calcinó 26 millas cuadradas, mató a dos personas y destruyó 860 hogares en septiembre de 2015. El propio condado recaudó 3 millones de dólares tras recibir 700 solicitudes de cultivo, que cuestan 5.000 dólares cada una.

La ley sobre cultivo se aprobó pese a la oposición del jefe de policía y el fiscal del distrito, que dijeron que el remoto condado ya estaba salpicado de demasiadas granjas ilegales y advirtieron de la llegada de forasteros indeseables.

Las autoridades dijeron haber destruido 23.000 plantas de marihuana con un valor de hasta 60 millones de dólares en el complejo donde trabajaban los hermanos en un bosque. Las dos mujeres fueron detenidas el 14 de septiembre en Modesto y acusadas de trata de personas, secuestro, agresión con lesiones graves, amenazas terroristas y delitos de drogas.

“Hemos visto un aumento de la violencia, los robos y la codicia relacionados con el tráfico de marihuana, y éste parece ser un grupo organizado y violento”, dijo Macedo.

Sospechos de ser indocumentadas

Ni Guadalupe Sierra Arellano, de 43 años, ni Medarda Urbieta, de 44, se pronunciaron sobre su inocencia durante una vista judicial en San Andreas, California. Las dos son sospechosas de vivir en Estados Unidos sin permiso de residencia.

Los investigadores estudian si las mujeres tienen relación con cárteles de la droga y dijeron que el sitio parecía haber estar mantenido y cultivado por residentes de la zona.

David Singer, abogado que representaba a Urbieta, no respondió a una llamada. Las dos sospechosas quedaron encarceladas bajo fianzas de 800.000 dólares cada una.

Las víctimas, que no fueron identificadas, tenían moretones y los ojos morados cuando escaparon de la plantación y llegaron a una vivienda cercana para pedir ayuda. Uno de los hombres tenía la mandíbula rota y tuvo que ser hospitalizado, según documentos judiciales.

El caso comenzó en febrero cuando Arellano contrató a dos de los hermanos para ayudar a limpiar una casa de Modesto, según documentos judiciales. En lugar de eso, los hermanos dijeron que los llevaron contra su voluntad a la plantación de marihuana y los obligaron a vivir y trabajar allí a punta de pistola. Dijeron a la policía que Arellano los había amenazado con hacerles daño a ellos o a su familia si escapaban o llamaban a la policía.

Nueve días más tarde, según los investigadores, Arellano atrajo a los otros dos hermanas a la plantación con el pretexto de visitar a los hermanos a los que había retenido. Una vez allí, los cuatro fueron obligados a vivir y cultivar en el lugar, donde dijeron haber sufrido golpizas en tres ocasiones, la última tres días antes de su huida.

Las víctimas fueron obligadas a trabajar en una extensión de varios acres de tierra, junto a una carretera y con hombres armados de guardia en una casa donde vivían las mujeres. Los cuatro hermanos dormían en un cobertizo en malas condiciones, dijo Macedo.