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 Pablo Alvarado (centro), de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON).
Pablo Alvarado (centro), de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON).
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Los Ángeles – Mientras la Administración Trump publican listas de ciudades que no cooperan con las autoridades de inmigración, decenas de residentes de la ciudad de Pomona, California, celebraron la terminación del contrato entre la cárcel de la ciudad y la agencia federal que le permitía mantener arrestados a los indocumentados.

“Parece un logro pequeño pero si seguimos sumando, vamos a lograr grandes cosas e inspirando a otras comunidades a hacer lo mismo, de eso se trata la resistencia”, manifestó a Efe el portavoz de la coalición ICE Out of Pomona, Benjamín Wood.

La no renovación del contrato que le permitía a los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) usar las instalaciones de la cárcel del Departamento de Policía de Pomona, se logró después de varios meses de una campaña emprendida por la comunidad, de mayoría latina, para que el alcalde y el concejo no se dejen intimidar por la actual Administración.

La misma estrategia de presión está siendo utilizada por varias ciudades en el estado y la nación.

En California, los vecinos de Pasadena a su vez se alistan para enfrentar a sus dirigentes y exigirles que los miembros de la policía no presten ayuda a los oficiales del ICE, e incluso no presten su nombre.

En esta ciudad, la comunidad tomó el caso de Carlos Ortiz, un jardinero indocumentado que fue arrestado en medio de un operativo de ICE, como ejemplo de cómo personas inocentes están siendo afectadas por las nuevas directrices migratoria.

Aunque las autoridades no buscaban al inmigrante, éste fue detenido tras presentar su matrícula consular.

“Tenemos que llevar nuestro llamado a todas las ciudades, no sólo a las grandes como Los Ángeles, mientras más se unan a nuestro llamado, más va a ser nuestra fuerza”, advirtió Pablo Alvarado, de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON).

El esfuerzo de los defensores de los derechos de los inmigrantes se ha visto reflejado también en ciudades como Malibu, donde sólo el 6 por ciento de sus residentes es latino, quien gracias a una idea que plantó el actor Martin Sheen, residente del área, su concejo votó a favor de declararse como “ciudad santuario”.

Otra zona afluente económicamente y de mayoría blanca que decidió respaldar la campaña santuario es la ciudad de San Carlos, al norte de California, junto a su vecina Fremont, quienes adoptaron medidas para proteger a sus indocumentados.

“Vamos a seguir presionando en Pomona hasta por las cosas más pequeñas y alentando a la comunidad a que apoye la legislación SB54 para que California se convierta en estado santuario”, dijo Wood.

“Esperemos que la próxima lista que publique tenga miles de ciudades, no nos oponemos a que vengan tras los verdaderos criminales, pero no etiqueten a todo el mundo con sus campañas de odio”, concluyó.